Hola a todos y bienvenidos a mi Blog. Aqui reuno las historias que me da por escribir, son historias relacionadas con el Lineage 2 y mi servidor Eria. Espero que disfruteis leiendolas como yo lo he hecho escribiendolas.

Informacion:

Bueno he puesot un nuevo formato de blog que hace mas llevadera la lectura, ya que extiende mas el texto.

Las historias estan puestas por fecha, asique en algunas que tienen continuacion esta primero la ultima de ellas, seleccionarlas desde le menu, ais no os leereis antes el final que el comienzo.

miércoles, diciembre 20, 2006

El Reino de los Olvidados ( Capitulo 7: Voces. )

Divisando la masacre agazapado en uno de los salientes no se perdía detalle. -Impresionante poderío físico.- Dijo para si mismo. Sin mas dilación desapareció entre las sombras de nuevo.


El lanzamiento de proyectiles iba disminuyendo conforme se daban cuenta que era imposible herir a semejante mole. El hechicero comenzó a formular un nuevo hechizo, fijando su atención en el orco que se les acercaba, no estaba seguro de si le daría tiempo a finalizarlo antes de que llegara su enemigo, pero era lo único que podría detenerlo. Conforme iba formulando las palabras del hechizo, la estancia se tornaba mas oscura, como si el hechizo absorbiera la luz. El grupo de Hombres de Hielo que se encontraba junto al hechicero empezaba a ponerse nerviosos, alguno de ellos incluso se giro y salió corriendo, no confiaban en que su hechicero concluyera el hechizo antes de que llegara la horrible bestia. Cada vez se oscurecía mas la estancia, la oscuridad reinaba casi al completo, pero eso no impidió que Waso tuviera fijado su objetivo, en un alarde de furia esprintó hacia el hechicero, colocándose la lanza en la espalda y agarrando su hacha del cinturón. El hacha brillaba de una forma extraña, una luz que no era absorbida por el hechizo que se estaba formulando. El hechicero tenia los ojos cerrados, concentrado lo máximo que podía, cunado de repente escuchó un grito de terror de uno de sus soldados, abrió los ojos, justo a tiempo para ver como el hacha del tremendo orco bajaba sobre su cabeza. Un chasquido resonó por toda la sala, al mismo instante que la luz volvía a llenar la estancia, dejando entrever como el hacha del orco había partido por la mitad al hechicero.

Los Hombres de Hielo que no habían huido, no dudaron esta vez , salieron despavoridos por miedo a que el orco se fijara en ellos. Mas abajo, en el grupo principal, los ánimos de los Hombres de Hielo, habían menguado en gran medida, a pesar de la oscuridad de hace unos instantes, la ofensiva de los dos orcos no cesó y las bajas en las filas de los seres gélidos siguió aumentando. Ahora eran ellos los rodeados, Waso por la retaguardia, Murak y Urzak por la vanguardia, no tenían ninguna opción, y menos quedando solo quince de ellos en pie. Salieron corriendo por donde no estaban los orcos, desaparecieron entre las sombras.



-Tendías que haber presenciado el combate, te aseguro que son ellos, nadie es capaz de hacer algo similar, excepto El.- Comentó con su compañero mientras andaban por los túneles oscuros.

-Esperemos que tengas razón, si no, estamos perdidos.-



Waso regresó con sus compañeros, todavía le quedaba algún dardo clavado cuando llegó, iba quitándose los mientras caminaba, los miraba fijamente y los arrojaba al suelo con desprecio.

-Hora de irse.-Dijo Urzak levantándose.

-Esperemos no tener mas contratiempos como este, nos retrasan demasiado.- Comentó Bekita mientras envainaba sus espadas. El resto del grupo hizo una gesto de aprobación mientras se ponían en marcha.

Atravesaron el resto de la caverna sin contratiempos. Llegaron a una nuevo túnel, era la única salida por la cual podían salir, estaban seguros de que había infinidad de puertas, pero ellos eran incapaces de verlas, y aun así, serian incapaces de atravesarlas, solo los Hombres de Hielo podían cruzar sus puertas mágicas.

El túnel era similar al que usaron para acceder a la caverna, ancha al principio y que a medida que avanzabas se iba estrechando. La única diferencia era que de vez en cuando se cruzaban con alguna obertura lateral, que daba pié a otro pasadizo, pero no era momento de ponerse a investigar hacia donde se dirigían esos pasadizos, tenían que llegar lo antes posible a su destino.

Tras caminar media hora sin ver ninguno de los peculiares pasadizos, se toparon de frente con una bifurcación, Waso miró el mapa, el cual extendió sobre el suelo para que el resto del grupo pudiera verlo también.

-¿Alguna sugerencia?- Dijo Waso en cuanto todos hubieron mirado el mapa.

El mapa indicaba claramente donde se encontraban y hacia donde tenían que ir, pero no el recorrido que deberían de tomar. La marca roja, indicando el final de su travesía, se encontraba justo en linea recta a donde se encontraban ellos, cosa que no ayudaba en absoluto a decidir que ruta tomar. Mientras discutían que entrada tomar, Drizzit se levantó y les hizo callar. Salió despedido hacia una roca que se encontraba un poco mas adentro de la entrada de la derecha, se acurruco tras el y asomo lo mínimo posible la cabeza para poder divisar lo que oía. El resto del grupo se quedo a la expectativa, conocían bien el fino oído del elfo. A los pocos minutos, Drizzit regresó junto a ellos.

-¿Qué has visto?- Preguntó Mandragora en una voz no muy audible.

-No he visto nada, el túnel tuerce a la derecha a unos cuantos metros, pero he escuchado dos voces, hablando en lengua común. Parecían estar discutiendo. Alcancé a oír que hablaban de El...- Contestó Drizzit.

-¿Qué decían exactamente, Drizzit?- Preguntó Urzak en un tono seco. Mientras se acercaba un poco a la entrada del túnel para intentar escuchar algo.

-Algo de llegar hasta El con SU ayuda. Luego su voz se perdió en la lejanía del túnel.- Contestó el elfo.

-¿Estás seguro de lo que dices, elfo?, ¿Legaron a pronunciar su nombre?- Dijo Waso.

-Estoy completamente seguro de ello. Deberíamos seguirles y sacarles información.- Propuso Drizzit.

-No tenemos más remedio. - Dijo Bekita.

-En marcha entonces. Vigilad de hacer el mínimo ruido posible, no podemos perder esta oportunidad. -Concluyó Drizzit.

En cuanto Waso guardó el mapa se pusieron en marcha, aquel fragmento de conversación que había escuchado Drizzit, les había llenado de curiosidad y ansias de saber quien osaba hablar de El usando su nombre real.



Capitulo 8: Persecución entre las sombras.

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